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viernes, 17 de abril de 2020

Refinamiento

En las empresas de desarrollo de software, suele existir la figura del analista, experto encargado de hablar con el cliente, observar la forma en que este trabaja y formular las preguntas adecuadas para que el proceso de especificación sea lo más correcto posible.
En empresas pequeñas, es posible que no exista la figura del analista y es habitual que los programadores independientes no tengan tanta experiencia a la hora de identificar las necesidades del cliente. En estos casos, una segunda lectura pormenorizada de la especificación puede contribuir a afinar los detalles inicialmente ambiguos. Por ejemplo, para el programa del apartado anterior, se podrían detectar las siguientes carencias:

  • ¿No se podrán consultar los datos si no se hace una búsqueda?
  • ¿Qué datos de cada persona que se encuentre a través de las búsquedas de texto deben mostrarse?
  • ¿Qué datos de cada persona que cumpla años deben mostrarse?
  • ¿Los datos se guardarán automáticamente?
  • ¿Es necesario guardar los datos en fichero?
  • ¿No será necesario modificar ni borrar datos?
Así, en la realización de un proyecto real, es cada vez más habitual repetir varias veces la secuencia análisis-diseño-implementación-verificación, proceso que incluye reuniones con el cliente entre una secuencia y otra con el fin de que los errores y las carencias del programa puedan ser detectadas cuanto antes.

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